lunes, 22 de diciembre de 2014

Parafilias: atrévete a conocer el lado oscuro del sexo

Descubre qué es una parafilia y cuáles son algunas de las principales.



Primero, es importante distinguir entre parafilia y fetichismo. Coloquialmente se utiliza el concepto de parafilia o filias sexuales para definir todas aquellas conductas que parecen “distintas” a las “normales”. Entiéndase, normal desde el concepto estadístico, es decir, comunes. Cualquier conducta sexual que se salga de lo común es, para el entendimiento social, un fetiche. Esta concepción está equivocada.
La confusión se debe en gran parte a la evolución histórica de los conceptos, pero para lograr claridad, vayamos a lo reciente. En la actualidad, cuando nos referimos a conductas sexuales que se desvían, estadísticamente, de lo normal, se habla de parafilias (o de conductas sexuales diversas) y existen distintos tipos:
  • Exhibicionismo. Placer por la exposición de genitales a extraños.
  • Fetichismo. Excitación con el uso de objetos no vivientes (zapatos y lencería, entre otros.)
  • Frotteurismo.Tocar o frotarse contra otra persona sin consentimiento.
  • Pedofilia. El foco de interés sexual descansa en niño(as) pre -púberes.
  • Masoquismo sexual. Placer ante la recepción de humillación o sufrimiento.
  • Sadismo sexual. Placer ante infligir humillación o sufrimiento.
  • Fetichismo transvestista. Utilización de prendas del sexo opuesto.
  • Voyeurismo. Placer ante la observación de actividad sexual (no siempre consensual).
Como se puede observar, el fetichismo es tan sólo una parafilia más. ¡Ojo! No toda conducta diferente o cualquier rasgo de la lista previa equivalen al diagnóstico de una. Para que alguna persona sea diagnosticada con ello, debe cumplir ciertos criterios de tiempo de duración y generar malestar a la persona. Este último criterio se vuelve muy relevante, ya que la mayoría de las personas con alguna parafilia no suelen expresarlo o “confesarlo”.
Es probable que aunque las personas no vayan por la vida diciendo que son “voyeristas”, por poner un ejemplo, sí puedan llegar a consulta en terapia sexual, por algún problema legal o social.
En el caso de la pedofilia, suelen asistir porque se les descubre. En el caso del frotteurismo, suelen ser detenidos en zonas urbanas como el transporte público, y así con algunas implicaciones de cada parafilia. Sin embargo, cuando se trata de una persona con el diagnóstico de parafilia de masoquismo que encuentra a una pareja con diagnóstico de sadismo, no les suele generar ningún “malestar”, pues de alguna manera aunque la conducta sea “estadísticamente desviada” y lleve “más de seis meses”, no es algo que les incomode a ninguno de los involucrados.
En otras palabras, si no les está generando un problema con su pareja, con la ley o en su cotidianidad, es muy difícil que decidan ir a terapia o que consideren sus conductas sexuales como problemáticas. Así, es sumamente complejo saber la incidencia o frecuencia de cada una.
Lo que si podemos concluir es que toda expresión de la sexualidad es válida, siempre y cuando no atente contra terceros, que todos los involucrados estén capacitados y hayan otorgado su consentimiento. Aún con esto, no está de más mencionar que quien sufra de una parafilia debe saber que si ésta representa un problema que ha afectando su vida de manera negativa (o la de terceros), existen alternativas de tratamiento psicoterapéutico y personal especializado para apoyarlos.


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