Perverso, depravado. Demente. Tus conductas y
No obstante y este es tu punto de partida, por siglos muchas de tus conductas y comportamientos fueron tildados de anormales (en ocasiones se siguen estigmatizando) y han fomentado cierto rechazo individual y colectivo. Al grado de hacerte sentir inadecuado cuando es no es más que una expresión de tu sexualidad. Entérate.
El rechazo a lo ‘diferente’ nos ha dejado en ascuas como especie. Y vaya que hay que entrecomillarlo porque todos lo somos pero en esta necesidad de homogeneizarnos se establecen cuadraturas ilógicas. En esta búsqueda, en 1984, el sexólogo mexicano Juan Luis Álvarez Gayou, psiquiatra y fundador y director del Instituto Mexicano de Sexología, propuso el término Expresiones Comportamentales de la Sexualidad Humana. Hoy es aceptado por la comunidad sexológica mundial. Y no porque sonara ‘menos agresivo’ sino porque había que analizarlas a profundidad y con objetividad. Y sobre todo porque muchas de esas expresiones no tienen nada qué ver con el sexo.
Te preguntas en qué momento se da el salto. En el momento de la impresión. Digamos que particularmente te excitan los pies de una mujer, pudiera parecerte ‘raro’ porque la mayoría se fija más en sus pechos o en sus piernas. Puedes no recordarlo pero en algún punto incluso de tu infancia viste a esa bellísima amiga de tu madre llegar a tu casa con sendos tacones rojos y cómo se los quitó. Hubo una respuesta en ti. Te pareció lo más perfecto del mundo. Ahí conectaste con esa parte o incluso con el mismo zapato y se imprimió como un objeto de deseo. Lo mismo para cada una de las situaciones que te parecen eróticas.
Lo que sí te prende y hasta dónde
Que quede claro desde ahora, el que algo haya saltado hacia tu expresiograma erótico tampoco lo hace patológico ni demente. Sencillamente es el modo en que se expresa tu sexualidad.
Necesitamos comprendernos, no rechazarnos ni etiquetarnos.
Una práctica que se está diseminando cada vez más son los tríos o el intercambio de pareja. Tienen un principio común: la excitación sexual a partir de ver o saber a tu pareja teniendo sexo con otro u otra. Su placer es el tuyo. En otras décadas esto se hubiera tratado como una parafilia llamada candalagnia. Particularmente para los tríos, toilismo. Pero, hoy se reconoce como una herramienta que permite expresar e incluso hacer más sólida su relación erótica y afectiva a partir de compartir dicho aspecto de sus expresiogramas. He ahí el éxito en una relación, cuando nuestros expresiogramas son compatibles y/o se adaptan. Pero, ¿en qué grado? Eso nos lleva al continuo. Usando este caso:
FANTASÍA
La idea de ver o saber que tu mujer tiene sexo con otros(as) te resulta excitante, pero no deseas llevarla a la realidad.
En otro ejemplo
Masoquismo. Fantaseas con ser sometido sexualmente por una sexy dominatrix, incluyendo golpes, ataduras (bondage) y otras muestras de sadismo. Sin embargo, no te interesa experimentarlo físicamente.
MÍNIMA
Ya has experimentado un trío o un intercambio y te pareció placentero, lo integras como experiencia pero de no repetirlo, tu vida sexual seguiría plena.
En otro ejemplo
Exhibicionismo. Has tenido sexo en tu auto y te ha excitado la idea de ser descubierto pero no buscas esta experiencia de manera frecuente.
PREFERENTE
El trío o intercambio te parece un ingrediente realmente excitante y buscas este tipo de contacto sin embargo pueden pasar largas etapas sin que se dé y tu vida y respuestas sexuales no se afectan.
fantasías enjuiciadas por la ignorancia. Exilia de una vez la culpa y descubre que tu sexualidad es
multidimensional. ¿Qué es ‘normal’? Eso tú lo decides.
Tratar de explicarnos sexualmente requiere más humanística que matemática. El sexo no es una ciencia exacta porque cada persona es un universo en sí mismo. Cada impulso, deseo o comportamiento parte de un mapa personalísimo.
El porqué de tu excitación ante cierta situación o ingrediente está sujeto a tus impresiones. Es decir, a momentos particulares en que algo se convirtió en objeto de deseo; se imprimió. Más allá de experiencias sociales y aprendizajes culturales, creamos todo un sistema de respuestas erótico-afectivas, sexuales con base en dichos mapas: mentales y de reflejos eróticos (qué y cómo te gusta ser estimulado).
El rechazo a lo ‘diferente’ nos ha dejado en ascuas como especie. Y vaya que hay que entrecomillarlo porque todos lo somos pero en esta necesidad de homogeneizarnos se establecen cuadraturas ilógicas. En esta búsqueda, en 1984, el sexólogo mexicano Juan Luis Álvarez Gayou, psiquiatra y fundador y director del Instituto Mexicano de Sexología, propuso el término Expresiones Comportamentales de la Sexualidad Humana. Hoy es aceptado por la comunidad sexológica mundial. Y no porque sonara ‘menos agresivo’ sino porque había que analizarlas a profundidad y con objetividad. Y sobre todo porque muchas de esas expresiones no tienen nada qué ver con el sexo.
Te preguntas en qué momento se da el salto. En el momento de la impresión. Digamos que particularmente te excitan los pies de una mujer, pudiera parecerte ‘raro’ porque la mayoría se fija más en sus pechos o en sus piernas. Puedes no recordarlo pero en algún punto incluso de tu infancia viste a esa bellísima amiga de tu madre llegar a tu casa con sendos tacones rojos y cómo se los quitó. Hubo una respuesta en ti. Te pareció lo más perfecto del mundo. Ahí conectaste con esa parte o incluso con el mismo zapato y se imprimió como un objeto de deseo. Lo mismo para cada una de las situaciones que te parecen eróticas.
Lo que sí te prende y hasta dónde
Que quede claro desde ahora, el que algo haya saltado hacia tu expresiograma erótico tampoco lo hace patológico ni demente. Sencillamente es el modo en que se expresa tu sexualidad.
Necesitamos comprendernos, no rechazarnos ni etiquetarnos.
Una práctica que se está diseminando cada vez más son los tríos o el intercambio de pareja. Tienen un principio común: la excitación sexual a partir de ver o saber a tu pareja teniendo sexo con otro u otra. Su placer es el tuyo. En otras décadas esto se hubiera tratado como una parafilia llamada candalagnia. Particularmente para los tríos, toilismo. Pero, hoy se reconoce como una herramienta que permite expresar e incluso hacer más sólida su relación erótica y afectiva a partir de compartir dicho aspecto de sus expresiogramas. He ahí el éxito en una relación, cuando nuestros expresiogramas son compatibles y/o se adaptan. Pero, ¿en qué grado? Eso nos lleva al continuo. Usando este caso:
FANTASÍA
La idea de ver o saber que tu mujer tiene sexo con otros(as) te resulta excitante, pero no deseas llevarla a la realidad.
En otro ejemplo
Masoquismo. Fantaseas con ser sometido sexualmente por una sexy dominatrix, incluyendo golpes, ataduras (bondage) y otras muestras de sadismo. Sin embargo, no te interesa experimentarlo físicamente.
MÍNIMA
Ya has experimentado un trío o un intercambio y te pareció placentero, lo integras como experiencia pero de no repetirlo, tu vida sexual seguiría plena.
En otro ejemplo
Exhibicionismo. Has tenido sexo en tu auto y te ha excitado la idea de ser descubierto pero no buscas esta experiencia de manera frecuente.
PREFERENTE
El trío o intercambio te parece un ingrediente realmente excitante y buscas este tipo de contacto sin embargo pueden pasar largas etapas sin que se dé y tu vida y respuestas sexuales no se afectan.
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